Poca gente condensa tanta experiencia y conocimiento en diseño como Gustavo Wojciechowski, más conocido como Maca. Poeta, editor, artista plástico, diseñador gráfico, docente, ilustrador… una larga lista de saberes, una vida dedicada a ejercer todos esos roles, combinados, para formar una amalgama única, un estilo personal inconfundible, irrepetible, inevitable. Porque de eso se trata, para Maca, subir el escalón que nos lleva del dibujo a la ilustración; se puede aprender a dibujar, pero para desarrollar un estilo de ilustración propio hay que aprender a descubrir, sistematizar y abrazar lo que nos hace ser quienes somos, lo que no podemos evitar, lo más valioso: nuestras limitaciones.

Nos dice Maca:

Dibujo.

Escribo la palabra dibujo. ¿Es un sustantivo (un sistema de representación) o un verbo? Las dos cosas, es. Me meto en zonas de ambigüedad.

Simultáneamente esquiva la palabra. Líneas que se pierden, se bifurcan. Dibujo… sin saber dónde van las líneas.

Al escribir la palabra dibujo, dibujo las letras.

Todos somos dibujantes. Aún sin saberlo. ¿Quién no pasó su dedo por el vidrio empañado aún a sabiendas de que en segundos iba a desaparecer? Tal vez por eso lo hacía tan libremente, porque sabía que no iba a quedar evidencia del acto, del dibujo. Todos nacemos dibujantes. Es una acción intuitiva, compulsiva, natural. Primitiva como el señor de las cavernas… aunque no lo supiera.

Ni siquiera sabía de la palabra saber, dibujar o caverna.

Pero ilustrar es otra cosa.